jueves, 24 de noviembre de 2011





Básicamente la autonomía es la capacidad de regirse a uno mismo, de actuar por propio seguridad y no porque nos impongan una conducta, nos rondeen, nos castiguen o nos exijan ciertas normas sociales de comportamiento. Muchas veces en la vida hay que lograr pequeños objetivos para después conseguir uno grande, para ello hay que saber esperar y controlar las emociones. Si los niños aprenden a demorar gratificaciones y frenar la impulsividad conseguirán, con mayor facilidad, llegar a los objetivos que se propongan.

  •  La autonomía implica responsabilidad, una persona autonoma tiene capacidad para obrar, facultad de enjuiciar razonablemente el alcance y significado de sus actuaciones y responder por sus consecuencias.
  • El principio de autonomía tiene un carácter imprerativo y debe respetarse como norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan ser no autónomas o presenten una autonomía disminuida.




¿Autonomía moral?

Durante nuestra infancia recibimos guías por parte de los adultos que nos rodean, por lo general, ellos nos indican ciertas pautas que debemos seguir, algunas de ellas se relacionan con lo que se considera "correcto" o "incorrecto" al relacionarnos con otras personas; estas son pautas morales. A medida que nos desarrollamos comenzamos a rebelarnos contra algunas de estas pautas, otras mas, las reconocemos como válidas y decidimos continuar con ellas, poco a poco, nos vamos dando cuenta de lo que queremos y de lo que podemos elegir "libremente".

¿Será cierto lo que algunas personas dicen que muchas de nuestras decisiones en la juventud comienzan a ser más autónomas pues a medida que crecemos aumenta nuestra capacidad de reflexionar y distinguir que conviene para nuestra vida y nuestras relaciones con otras personas?, Consideramos que aunque es subjetiva esta relación, es en la juventud donde nos volvemos más vulnerables pues es en la etapa de la adolescencia donde empezamos a descubrir quienes somos, pero esta búsqueda no es nada sencilla, y al no serlo, es donde comenzamos a ver a nuestros amigos, (en ocasiones no siendo buen ejemplo) como modelos y a dejarnos llevar por actitudes que nos parecen "interesentes".